El FC Barcelona asestó un golpe decisivo a las aspiraciones ligueras del Real Madrid con una victoria épica por 4-3, culminando una remontada vibrante. Este triunfo no solo afianza a los culés en la cima de la clasificación, sino que prácticamente sella el campeonato, ampliando su ventaja sobre el eterno rival a siete puntos a falta de solo nueve por disputar. La celebración del título podría llegar tan pronto como la próxima jornada, en su visita al campo del RCD Espanyol.
El último enfrentamiento de la temporada entre los dos gigantes del fútbol español fue un espectáculo lleno de incidentes. Más allá de los siete goles (y dos anulados al conjunto local), el partido también tuvo un significado especial, marcando presumiblemente el último Clásico para Carlo Ancelotti como entrenador madridista. Asimismo, sirvió como un fiel reflejo de la trayectoria dispar que han tenido ambos equipos a lo largo de esta campaña.
Se pudo ver a un Barça arrollador en ataque, exhibiendo la misma intensidad que mostró en la segunda parte contra el Inter a mitad de semana. No obstante, también quedó patente su vulnerabilidad defensiva. Son un equipo que se juega el todo por el todo, como un púgil que busca el nocaut pero que corre el riesgo de caer él mismo en el último asalto. Si ante los italianos la moneda cayó cruz, frente al Real Madrid salió cara de forma espectacular.
Para el Real Madrid, el encuentro dejó conclusiones preocupantes. El equipo dista mucho de aquella versión eléctrica de la temporada pasada, capaz de sobreponerse a los contextos más adversos. Solo la chispa de Mbappé y el oficio de Modric, que aportó lucidez tras su ingreso en el segundo tiempo, brillaron en un conjunto que pareció desorientado y carente de rumbo.
La inminente llegada de Xabi Alonso al banquillo blanco parece más que necesaria para revitalizar al equipo y devolverle la competitividad perdida, especialmente ante un Barcelona que, bajo la dirección de Flick, ha encontrado una identidad y un estilo de juego contundentes.
El Inicio Gélido y la Reacción Azulgrana
Como reza el dicho, “si algo funciona, no lo cambies”, y esa fue la premisa de Hansi Flick al configurar su once titular. Repitió la alineación que cayó eliminada ante el Inter en la Champions League, desplegando los mismos once futbolistas sobre el césped de Montjuic.
El Barça comenzó el choque ejerciendo una presión alta sobre la salida de balón del Madrid, que apenas podía deshacerse del esférico, viéndose obligado a retrasar el juego hasta la posición de Courtois. A pesar del dominio inicial del equipo de Flick, fue el Madrid quien golpeó primero. Un error en la entrega de Cubarsí fue capitalizado por Mbappé, quien encaró a Szczesny y provocó un penalti. El propio delantero francés transformó la pena máxima a pesar de que el guardameta polaco adivinó la dirección y rozó el balón (0-1, min 3).
El golpe no amedrentó al Barcelona, que mantuvo su filosofía ofensiva y siguió asediando a los blancos en su propio campo, forzando pérdidas constantes. Sin embargo, el plan del Madrid era claro: explotar la velocidad de Mbappé a la espalda de la defensa adelantada. Así llegó el segundo gol, antes del cuarto de hora. Un pase filtrado para Vinicius habilitó la carrera de Mbappé, quien no perdonó en el mano a mano ante el portero polaco (0-2, min 14).
Un 0-2 en contra en menos de 15 minutos podría hundir a la mayoría de los equipos, pero este Barcelona ha demostrado una resiliencia notable ante situaciones límite. Los pupilos de Flick han asimilado a la perfección las exigencias del técnico alemán. Al igual que días atrás, fue Eric García quien inició la reacción. El lateral improvisado ante la baja de Koundé se ha convertido en una pieza inesperadamente valiosa. Un córner peinado al primer palo por Ferrán fue rematado de cabeza por Eric en el área pequeña para recortar distancias (1-2, min 18). El gol liberó al equipo catalán, que por fin veía reflejado en el marcador su dominio.
Pasada la media hora, la sociedad formada por Lamine Yamal y Raphinha dinamitó el partido en apenas dos minutos. El joven extremo se sacó de la chistera un disparo curvado imparable con la zurda, una parábola perfecta que se alejó de Courtois hasta besar la red (2-2, min 32). Casi sin tiempo para asimilar el empate, llegó el turno de Raphinha, que acabó siendo una de las figuras del partido tras disipar dudas sobre su rendimiento reciente. El brasileño definió con frialdad ante Courtois para culminar una remontada vertiginosa (3-2, min 34). Antes del descanso, el marcador volvió a moverse. Tras una posible acción de penalti sobre Mbappé en el área culé, el Barça marcó el cuarto. De nuevo Raphinha, aprovechando un fallo garrafal de Lucas Vázquez, quien se complicó al recibir un balón de Güler bajo presión. La asfixiante presión azulgrana fue un factor clave (4-2, min 44).
Ajustes y Emoción Hasta el Final
Ancelotti reaccionó al descanso introduciendo a Modric y Brahim en lugar de unos desacertados Ceballos y Güler. Los cambios revitalizaron al Madrid, especialmente la veteranía y visión de juego del croata. Modric comenzó a encontrar espacios y a dar coherencia al juego madridista. A pesar de la mejoría blanca, el Barça mantuvo el control. Un gol de Lamine Yamal al inicio de la segunda parte fue anulado por fuera de juego.
La intensidad inicial de los locales fue decayendo gradualmente, conscientes de tener el partido controlado. Sin embargo, ante el Real Madrid, incluso en su peor momento, nunca se puede bajar la guardia. Mbappé completó su hat-trick aprovechando una transición rápida: pase de Modric para la carrera de Vinicius, quien asistió al francés para poner el 4-3 en el minuto 70. A pesar de dar dos asistencias, la estrella brasileña del Madrid no tuvo su día más brillante.
En los minutos finales, hubo polémica. El Barcelona reclamó penalti por una mano de Tchouameni que interceptó un disparo de Fermín. El VAR revisó la acción, pero el árbitro Hernández Hernández decidió no señalar la pena máxima. Fermín López, que cumplía años, no se rindió y protagonizó una jugada individual fantástica robando un balón a Valverde y marcando un golazo en el descuento. La alegría duró poco, ya que una nueva revisión del VAR consideró que se ayudó con la mano en la recuperación del balón, anulando el tanto.
Tras siete minutos de descuento, el último Clásico de la temporada llegó a su fin con una victoria blaugrana que deja la Liga vista para sentencia. El Barcelona supera en siete puntos al Madrid a falta de nueve por jugar, y la posibilidad de cantar el alirón en Cornellà-El Prat está más cerca que nunca.