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El Real Madrid protesta por un gol “anotado tarde” después de empatar en Mestalla (2-2) | Resumen en vídeo con los momentos destacados y los goles

marzo 9, 2024

Mestalla brindó una impresionante exhibición. Con más de 47,000 espectadores, el estadio de la Avenida de Suecia registró la mejor asistencia de la temporada en un partido donde los jugadores respondieron con un despliegue físico increíble y estuvieron cerca de conseguir la victoria. Junto con el resultado, la afición valencianista latió más fuerte que nunca, congregando a más de 20,000 apasionados desde las 5 de la tarde dedicando su sábado al Valencia CF, en un acto de amor por los colores.

Esta situación generó una gran tensión que estalló cuando el Real Madrid solicitó con fervor al árbitro, Gil Manzano, que concediera un gol anotado fuera de tiempo. Esto provocó una monumental trifulca en el centro del campo, resultando en una tarjeta roja para Jude Bellingham y amonestaciones para otros jugadores madridistas, quienes se abalanzaron violentamente sobre el árbitro.

Resultó llamativo el tono con el que el Real Madrid solicitó al árbitro que concediera el gol, ya que en la primera mitad interrumpió una jugada de peligro del Valencia utilizando el mismo criterio una vez cumplido el tiempo añadido de 5 minutos. Aunque el árbitro aplicó la misma medida en ambos casos, el caos estalló al final del partido. La afición valencianista, que había coreado varias veces durante el encuentro “Madridista el que no bote”, se despidió con burla de los jugadores madridistas mientras estos se dirigían hacia los vestuarios.

A pesar de esta confrontación, Mestalla mostró su orgullo apoyando cada jugada, respaldando a su equipo y haciendo temblar los cimientos con múltiples cánticos, especialmente entonando el himno valenciano en la salida de los jugadores al campo.

Un momento especialmente emotivo fue el homenaje a las víctimas del incendio de Campanar, con la Grada de Animación exhibiendo una bandera en honor a la peña de este barrio.

El momento más difícil para todos llegó con la grave lesión de Diakhaby, que dejó a Mestalla con el corazón en un puño. La afición lo despidió con una ovación, pero la consternación persistió a medida que se conocía la gravedad de la lesión.