El FC Barcelona se ha metido en un lío que ni el mejor guionista de comedias podría haber imaginado, tras sufrir una sorprendente derrota (0-1) contra un Leganés que, por primera vez, les dio una lección en casa.
Los blaugranas parecen haber olvidado cómo ganar, acumulando solo cinco puntos en sus últimos seis partidos, lo que les ha hecho perder su ventaja en la liga. Mientras tanto, Hansi Flick se mantiene en la cima… ¡pero ya no tienen el control de su propio destino! Con el Atlético de Madrid empatados en puntos (38), y un partido más en su haber, el Barça ha dejado de ser el titán que solía ser, como evidenció su reciente caída ante el Borussia Dortmund (2-3) en la Champions.
Después de perder ante la Real Sociedad, Las Palmas y ahora ante el Leganés, los culés han mostrado su lado más torpe, sumando solo cinco puntos de dieciocho posibles. ¡Menuda racha!
Lo peor es que ni se dieron cuenta de que ya estaban en desventaja en el minuto 4. Su inicio fue un verdadero desmadre: mal posicionados, con una presión que parecía más bien un paseo por el parque, y comunicándose como si estuvieran hablando en lenguas muertas. Antes de que el Leganés marcara, Iñaki Peña tuvo que hacer su magia para evitar un gol de Munir. Pero en el saque de esquina siguiente, Sergio González se despachó con un cabezazo que hizo que el Barça se preguntara qué estaban haciendo allí.
El Leganés, por su parte, jugó a la defensiva, confiando en que la puntería de los delanteros blaugranas estuviera más desalineada que un rompecabezas de mil piezas. Y así fue, ¡un plan perfecto! El resto del partido fue un monólogo del equipo dirigido por Markus Sorg, quien, debido a la sanción de Hansi Flick, estaba disfrutando de una tarde de estrategia en el sofá. A pesar de tener tres oportunidades clarísimas para empatar, los blaugranas parecían jugar a las escondidas, sin poder encontrar el camino hacia el gol.
Con un Casadó en modo estrella, el peligro llegó principalmente de las incursiones de Balde por la izquierda. En el minuto 10, Raphinha se las arregló para que Lewandowski se encontrara con Dmitrovic, y ya empezamos a ver que esa noche no era la de Polaco. El mismo brasileño estuvo a punto de empatar en el minuto 33, estrellando el balón en el travesaño tras un gran tiro desviado por el portero. Un minuto más tarde, Lewandowski volvió a fallar cuando sólo tenía que empujarla.
Mientras el Leganés se dedicaba a perder tiempo y a los errores del Barça se acumulaban como las sillas en una sala de espera, el primer tiempo terminó con muchas más dudas que respuestas para los locales. La mejor noticia para el Barcelona fue que aún quedaban 45 minutos… pero seguían sin reaccionar y el segundo tiempo fue un espectáculo de fútbol aburrido, con menos ideas que un libro en blanco.
Sorg decidió hacer cambios, introduciendo a Ferran y Fermín, pero el Barça seguía sin dar señales de vida. Más cambios, más desesperación… y todavía ni se acercaban a la portería rival.
En realidad, Koundé tuvo la oportunidad de igualar en el 79, pero su tiro fue más desviado que un GPS en el campo. Al final, el Barça sólo se limitó a bombardear balones sin un atisbo de esperanza. La próxima semana, la visita del Atlético a Montjuïc será el verdadero examen de dónde están parados, ya que en los últimos 33 partidos en casa, ¡no habían dejado de marcar! ¡A ver si logran recordar cómo hacerlo!