El enfrentamiento de Champions entre FC Barcelona y FC Porto fue un momento de doble filo para Xavi, quien sigue en terreno inestable. El resultado le dio un respiro temporal, pero es innegable la tensión en el ambiente. Xavi parece desorientado, y aunque tanto jugadores como el presidente afirman su apoyo, la ansiedad es palpable.
En el mundo del fútbol, el decir “estamos con el entrenador” suele sonar a canto del cisne. Esperemos que esta norma no se aplique para Xavi, una figura tan querida.
El dilema del Barça trasciende lo deportivo. Es hora de dar un giro radical, pero nadie de los que tiene voz en los medios parece tener la clave para transformar al “más que un club” en un club vanguardista del siglo XXI.
Víctor Font, rival de Laporta en las últimas elecciones, quien no supo responder a una pancarta simple pero efectista, veía en Xavi la cura para todos los males. Font debilitó al equipo de Ronald Koeman y al propio entrenador holandés durante meses, creyendo que la victoria final y el retorno a la gloria estaban asegurados con Xavi.
Laporta no tuvo más opción que fichar a Xavi cuando Koeman alcanzó su límite. Los resultados en Champions y la ausencia de celebraciones en la Liga 2022-2023 ya insinuaban que Xavi no era el hombre indicado. Xavi solo se salvará si gana partido tras partido, pero otro descalabro como el de Vallecas, ya sea en casa o fuera, significará su salida. El partido del domingo contra el Atlético es otra final para él.
Pero más allá de los resultados, el Barça necesita una refundación. Y los socios, por supuesto, tienen la última palabra. Ha llegado el momento de que aquellos que no se obstinen y estén convencidos de que, siendo los verdaderos dueños del club, deben promover, salvaguardar y desarrollar la idea de una transformación de la entidad.
Sin embargo, en el panorama actual, no parece haber nadie con la capacidad operativa, ni los conocimientos adecuados para reinventar el FC Barcelona. Es más necesario que nunca encontrar a esa persona.
Criticado en su momento y sin el apoyo de los socios, Ferran Soriano y la propuesta de Marc Ingla en 2010 ya apuntaban a unas soluciones que no convencieron. Pero hay que admitir que la implementación de sus presentaciones ha tenido éxito, y mucho, en Manchester.
Es crucial saber anticipar el futuro y estar abierto a nuevas ideas cuando estas surgen. Veamos qué nos depara la Liga, la Copa y la Champions. Sufriendo partido a partido, el Barça sigue en la pelea, como dice Laporta. Pero a menudo, esa pelea no es más que un paliativo para ocultar las heridas. Y el Barça necesita sanar sus profundas heridas financieras y sociales si quiere rejuvenecer y adaptarse a los nuevos tiempos.