Múnich se prepara para una noche especial con la reedición de la final de la Champions de 2012.
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El Bayern, en plena forma tras un arranque de curso perfecto con cinco victorias en cinco partidos, recibe al flamante campeón del Mundial de Clubes, el Chelsea. La cita piensa el primer choque de trenes de esta Champions, donde los bávaros van a deber enfrentarse también a PSG y Arsenal. Siendo conscientes de que un tropezón puede hipotecar el sendero , Kane y compañía saben que arrancar con fuerza es casi una obligación para evitar los playoffs.
El ámbito en Múnich refleja tanto ilusión como cautela. Mientras que el presidente de honor Uli Hoeness ha bajado el tono calificando a su club como un “Hoffenheim europeo”, Rummenigge insiste en que el Bayern siempre es preferido. Kompany confía en que la fortaleza del Allianz y la pegada de su delantera marquen la diferencia y maquillen la ausencia de Musiala, aún de baja. Además , el duelo va a tener un ingrediente especial con Jackson, que se reencontrará con sus excompañeros tras su cesión desde Londres.
Para el Chelsea, el reto es enorme tras un par de años de ausencia en Champions. Los de Maresca llegan invictos y tras haber invertido más de 300 millones de euros en fichajes, pero dejó dudas en el reciente empate frente al Brentford. Sin embargo , los blues han brillado en competiciones de todo el mundo , conquistando en los últimos meses tanto la Conference como el Mundial de Clubes. Palmer y João Pedro están llamados a ser referentes. Las estadísticas, eso sí, no benefician a los ingleses en Múnich. Solo consiguieron una victoria. La de 2012.